SOBRE LA TRIBULACIÓN Y LAS MUDANZAS.
Un día mi padre se quedó mirando al cielo y me dijo: “hay mudanza”. Yo era un chiquillo y no entendí nada, él me lo explicó: “Cuando veas el cielo así, con nubes finas y como de hilachos quiere decir que la atmósfera nos avisa de que va a cambiar el tiempo. Si está haciendo bueno se cambiará a malo y viceversa”.
Ayer me encontré el cielo de la imagen de arriba, recordé lo
de mi padre y las mudanzas y lo asocié con aquella frase que propone evitar las mudanzas
en tiempos de desolación y el significado pagano que se le ha atribuido cambiando desolación por tribulación. La palabra desolación viene del latín y significa "privar de todo consuelo, causar aflicción extrema".
A nivel social estamos en tiempos agitados y vemos los indicios de que aún lo serán más, yo no puedo dejar de preguntarme si no será porque se han empleado estrategias equivocadas para llegar hasta aquí. Si no será, precisamente, el momento de ir buscando los planteamientos capaces de ayudarnos a capear el temporal que tenemos encima… y el que está viniendo.
Esto mismo ocurre con nuestra vida personal. ¿Por qué nos empecinamos en mantener estrategias, caminos o procedimientos que nos han abocado a situaciones que nos son negativas? ¿Por qué nos da tanto miedo acometer el cambio en nuestras vidas?
Está el miedo a lo desconocido que podría venir, la dificultad de admitir errores, el no saber cómo lanzar la mirada a nuestro interior, … Y, en muchos casos, la desconfianza en quienes podrían ayudarnos.
Está claro que no es fácil, que hace falta valor y trabajo, pero mi siguiente pregunta es: ¿Por qué privarnos del disfrute de nuestra propia vida?
Positivamente, también puede “haber mudanza” hacia lo mejor, dejémonos ayudar.
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