Fuimos la primera generación que cursó la EGB. Todo era nuevo, el estilo de los libros, que rompía con el antiguo bachiller, aquello de las “fichas”, pequeños tests de medida de la asimilación de contenidos que nosotros mismos teníamos que archivar… Hasta teníamos una asignatura llamada de forma algo rimbombante “Matemática moderna”. Todo eran novedades entonces, pasábamos de ser los pequeñajos del cole a ser los héroes que habríamos de abrir brecha en el sistema educativo y traer la tan deseada modernidad al país. Me viene estos días a la cabeza los conceptos de aquella Matemática de conjuntos, sus elementos (el elemento a pertenece al conjunto Tal: a está incluido en Tal), el conjunto C está incluido en el conjunto X, por tanto C es un subconjunto del conjunto X, las implicaciones, las intersecciones,… Había un concepto que me resultaba no sé si difícil o absurdo. Era el “conjunto vacío”. En mi mente infantil se producía lo que luego supe que se llama paradoja, había una espe
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Hoy tengo tiempo. Es domingo por la tarde y me pongo a pensar en el tiempo. Domingo de febrero, el tiempo está malo, pero es lo normal… y no es ese el tiempo en el que pienso. Tarde en que se va haciendo tarde, con el tempo ralentizado que caracteriza al día. Era ese tiempo, esa cosa indefinible, en el que pensaba. No, cosa no, porque por más que se comporte como un líquido que se nos escapa entre los dedos no lo es. Volátil sí, sin embargo: no hay quien lo retenga, por más que te enfrasques. Y como otras muchas cosas es algo que sólo echamos de menos cuando nos falta, cuando somos jóvenes y tenemos la cuenta corriente llena tenemos tiempo hasta para aburrirnos. Vaya! otra vez me sale que es una cosa, si fuera una cosa habría alguna forma de comprarlo, aunque fuera a costa de dejar a los más pobres sin él, como hacían en aquella película. Conque mejor así, repartido. El gran Dalí dibujó los relojes blandos creo que simbolizando el “escurrirse” del tiempo. Sucesión de mome
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QUERIDOS REYES MAGOS… Tres palabras seguidas y en este orden, es interminable la lista de ilusiones que se acogen a esta fórmula. Tan sencillas como una pelota o tan enormes como la PAZ. Con mayúsculas, la PAZ, imposible, inalcanzable. Los más pequeños se sentirán satisfechos con un juguete y conforme nos hacemos mayores, progresivamente, vamos complicando nuestras aspiraciones y nuestros deseos. Le pedimos cosas, que no sólo objetos, a los magos, a santa “nosécuántas”, al genio de la botella, a la lotería, … Pedimos y pedimos, pero qué pocas veces se cumplen nuestras peticiones. No encontramos la dichosa lámpara mágica. Es enternecedora la ilusión con que los niños esperan que al despertar mañana, seis de enero, encuentren en el salón aquello que pedían con tanta ilusión. Ya hace treinta y cinco años que dejé de fumar. Algo dificilísimo, lo sé muy bien, pero lo hice. Es algo, a la vez, bien sencillo: basta con no fumar más aguantándose el “mono”
Y NOS VAMOS A LA LUNA
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Por fin ha despegado el cohete con el envío a la luna de la primera misión del proyecto Artemis de la NASA. Dan al proyecto este nombre en honor a la diosa griega. Esta diosa, Artemisa en nuestro idioma, es la protectora de, además de la caza, los terrenos vírgenes y las vírgenes y doncellas. No hay nada que cazar en la luna, pero es que Artemisa era la hermana gemela de Apolo, quien daba nombre al viejo proyecto que hace cincuenta años llevó a la humanidad a la luna. Llama la atención lo exquisitos que han sido con las seguridades antes de proceder al tan esperado lanzamiento. Había mucho dinero en juego y mucho prestigio que recuperar después de haber tenido que recurrir a compañías privadas e incluso a motores rusos para algunos lanzamientos . Stephen Hawking nos advirtió de que la humanidad debería abandonar la tierra para garantizar su continuidad como especie. Podríamos agotar los recursos del planeta y esto supondría nuestra extinción, o caernos un asteroide